Reflexiones

Mi vida es mía

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Para bien o para mal mi vida es mía y me toca protegerla, a costa de todo. No es lo mismo ser lo que se llama una persona «normal», es decir,que dentro de lo que cabe maneja bien emociones, sentimientos y situaciones, que ser una persona que acumula problemas mentales hasta decir basta y necesita medicación y terapia toda su vida. จัดอันดับเว็บพนัน

Lo leo y me quedo tan ancha, papá, porque tengo perfectamente asumido que soy una persona enferma, con un 66 % de discapacidad y que mi obligación primera es cuidarme. Para una persona que siempre piensa antes en los demás que en sí misma esto en sí mismo es un reto diario, porque muchas veces, más de las que serían admisibles, sigo haciendo cosas que no debería, como atender antes las necesidades de los demás sobre las mías.

Cuidarme significa saber decir «no» cuando no quieres o puedes hacer algo y cómo se lo tome el otro es algo que a mí, a día de hoy, ni me va ni me viene. Cada uno debe saber actuar ante las situaciones de la manera más ética y lógica que pueda, y mi lógica mucha veces se muestra patológica y hago cosas que claramente me perjudican.

Pero la vida te va enseñando, a veces, muchas, a base de golpes, de chascos, de decepciones…Yo no soy perfecta, nada de eso, y tengo muchos defectos que intento pulir pero si algo he aprendido en los años de vida que arrastro es que si alguien me hace daño, y yo sé que voluntariamente lo hace, directamente lo borro de mi vida. Como se estila tanto en esta nuestra España de hoy, papá, «tolerancia cero ante el daño voluntario».

Seguramente yo soy quien más daño se causa a sí misma porque tengo patrones de conducta que en su día tuvieron su sentido pero que ahora son como surcos en mi cerebro que me llevan a hacer lo que no debo. Pero eso es algo mío, algo que no busco hacer para autojoderme. Soy así y seguramente de aquí a que me muera sólo podré limar algunas cosas…Y más si veo que pueden hacer daño a quienes me importan…

Pero son tan pocas las personas que realmente me importan….A veces pienso en cómo buscaba la aprobación de las personas antes y la indiferencia que siento ante lo que antes me era vital…Ahora para mí es vital intentar que cada día no se me junten los terrores que mi alma pone ante mí,que mi mente saca a pasear desde que me levanto hasta infinitas horas más…

Ahora entiendo más que nunca que ser borderline es como llevar el noventa por cien del cuerpo lleno de quemaduras de tercer grado, sólo que en la mente…Y sé qué son las quemaduras de tercer grado porque yo misma me las hice en una crisis intentando huir del dolor de ser yo.

Por todos los demás sólo puedo rezar, y es lo que hago.

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