Reflexiones

Falsas sonrisas

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A lo largo de los años le he dado una serie de vueltas a la famosa frasecita » A la gente no le gusta la gente que no sonríe»,que tuve a bien escuchar de labios de una psicóloga,que, fuera de esa estupidez, me parecía una persona muy válida. No me las doy de experta en psicólogos, pero quizás, como he acudido a unos cuantos, más o menos pronto noto al que es empático y al que habla como un puro manual.

A lo que iba, es cierto que a la gente de normal no le gusta la gente que no sonríe, pero seguramente es porque al común de los mortales la idea de que alguien cercano esté enfermo y no sonría porque tiene ganas de acabar con todo le ponga malo, ya que si se para a pensar en su responsabilidad para con el enfermo…»Uuff…mover un dedo por alguien que no soy yo… y con lo escurridizo que es un tema mental…Quita,quita, mejor que se espere a su sesión con la psicóloga y que ella le explique que si sonríe a la vida la vida le sonreirá,que lo  he leído en un libro de esos de  autoayuda que leía antes, hace muchos años, cuando usaba libros para entretenerme antes de conocer Facebook y llenarlo de ositos de peluche…Esos ositos son preciosos y transmiten como mucho amor y buenas vibraciones…A ver si esta tarde encuentro un osito con un arco iris detrás ,que eso siempre sube el ánimo»

Y yo me pregunto, y pregunto al respetable: a la gente le gustan los envidiosos, los mentirosos, los hipócritas, los infieles, los vagos volitivos, los mala-ostia-gratuita, los que no saben tener una conversación contigo si no es poniendo a parir a alguien, los que siempre te dan buenas palabras y cuando llega el momento les corre prisa lavarse a mano las bragas, etc?

Es que me resulta muy gracioso, por llamarlo así,que comportamientos como el engañar a la pareja, por poner un ejemplo, estén ciertamente legitimados socialmente porque a fin de cuentas es un comportamiento humano ( a pesar de que es violar la confianza y la fidelidad) y el no tener buena cara, o estar triste, sea algo casi hasta perseguible…Se puede ser infiel pero no se puede estar triste…Cojonudo, eh?

Si la vida me parece insufrible porque tengo una enfermedad mental equis, y debo llevarla sola día a día, y no tengo ganas de sonreír, porque no me sale o no quiero  fingir, por qué tengo que hacerlo? para que se me tilde de amargada o de sabe Dios qué? para que la gente llamada «normal» (ésa que no está diagnosticada de nada mental todavía) no se sienta incómoda conmigo?

Esto es muy fácil. A mí, Fátima Pellico,no me gustan los traidores, los mentirosos continuos, los hipócritas, los mala-ostia-gratuita, los que van alardeando de buenos por la vida y de compasivos y realmente son crueles hasta más no poder, los que se van a su bola porque es lo único que les importa. Hay mucha gente que no me gusta, es más, desde mi condición fieramente humana muchos de ellos me parecen despreciables, pero el hecho es que están, viven y no puedo hacerlos desaparecer.

Seguramente por eso, y porque mis 46 años de edad han dado mucho de sí, son muy pocas las personas a las que otorgo capacidad para que me puedan hacer daño. Realmente he vivido situaciones tan dramáticas, y las he vivido prácticamente sola,que esa capacidad de llegar al punto donde Fátima tiene la llaga…ahí no puede llegar nadie. No es una coraza,ni mucho menos. Es que si no me protejo yo no me va a proteger nadie, y yo no me trataré bien (de hecho, pruebas hay de que me trato fatal) pero a nadie le permito faltarme en lo mínimo, si no he dado motivos. Puedo querer mucho a una persona, quererla con el alma, pero si traspasa la línea roja de ahí no pasa, sin más. 

Creo que nadie se para a pensar realmente qué es tener el infierno dentro de uno. Y más que el sufrimiento que causa el TOC, el TLP, la depresión, etc, lo que realmente lo hace invivible es la falta de cercanía y de comprensión social. Sí, pobrecitos de nosotros, que tenemos eso tan mal, pero lejos,que lo mismo tiene una katana en su casa y nos rebana el pescuezo. 

A poco de morir mi padre,no sé si habrían pasado tres o cuatro meses, hablé con una persona que yo creía mi mejor amiga, y tras hablar un poco me dice que no entiende cómo estoy tan destruida, cómo  en diez meses que tuve para hacerme a la idea de que se moría no lo había aceptado, y que total, si creo en la vida eterna dónde estaba el problema, que ya lo vería cuando me muriera…

Esos y otros comentarios y comportamientos de similar ralea son los que han propiciado que ahora ya no vaya con el corazón en la mano, como antes, o no de la misma manera…Mi confianza no se gana ni rápido ni fácil. Si una persona se la gana seguramente sea de por vida. 

Yo soy responsable de mi vida. No tengo la culpa de ser una persona con una enfermedad mental pero sí que soy la responsable de vivir el día a día con ella y que mi alrededor no sufra las consecuencias. Eso sí,que si al parapléjico no se le obliga a que se ponga a hacer las camas o a fregar los platos,  a mí tampoco se me puede exiguir según que cosas porque la paraplejia que yo llevo a cuestas no se ve exteriormente, pero está. Y como yo hay muchas personas en las mismas condiciones aunque las situaciones difieran un poco.

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